Muchos somos los que lavamos el pollo al abrir su envoltorio, porque sentimos que vienes sucio, pero muy pocos sabemos que lavarlo no lo limpia, y lo que es más, solo sirve para esparcir los gérmenes que trae el pollo a otras partes de nuestra cocina y de nuestro cuerpo.
La vocera del departamento de agricultura de Estados unidos, Marianne H. Gravely, le dijo a Buzzfeed que no se debe lavar ningún tipo de carne cruda, ya que va esparcir sus gérmenes hacia los utensilios, otras comidas y partes de la cocina, sin limpiar la carne:
“Algunas de las bacterias están tan pegadas que no podrías removerlas sin importar cuántas veces las lavaras”.
Por su parte, Kelly Reynolds, profesora de la Universidad de Arizona dijo similarmente que lavar el pollo no remueve los patógenos. Aunque la mitad de los pollos de supermercado que analizó en un estudio los tenían, no recomienda lavarlos. Eso sí, confiesa haberlo hecho un par de veces porque no le gusta la sensación de la substancia en la que viene.
Además, aseguró que ni lavarlos en agua caliente ni remojarlos en vinagre y sal ayudan.
El Chef Antoine Westermann de Nueva York, aunque desde un punto de vista menos científico, también concuerda. Para él, la razón está en que lavar el pollo disminuye su sabor y además no ayuda a sanitizarlo.
Lo único que funciona realmente para eliminar los gérmenes es cocinarlo, lo que vas a hacer de todos modos.
