
A continuación te presentamos 4 aspectos fundamentales que
te permitirán romper los tabúes que generalmente son programados desde muy
jóvenes sobre lo que sucede en el cuerpo femenino y la manera correcta de
mantener la higiene en las partes intimas de la mujer.
Usualmente las clases de sexualidad abordan el tema con
mucho tacto, con el temor de que algunas personas se vean inmersas en la duda,
motivadas por la curiosidad propia de esta especie y entonces sea reprendida
por la osadía de enterarse más sobre el placer, la higiene, los cambios y
transformaciones de su propio cuerpo.
La regla del orden
Si la intención es llevar una vida sexual activa y sana es
recomendable recordar que: “Todo aquello que no te llevarías a la boca procura
no introducirlo en otra cavidad”, advierten los expertos. Mantener un encuentro
placentero pero intenso es posible y muy fácil, de primera mano suele estar la
boca y sus connotaciones sexuales, le sigue la vagina y por último esta el
conducto anal.
Si se practica alguna estimulación anal, es de vital
importancia no volver al otro conducto, esto evitará posibles infecciones
acarreadas por microbacterias propias de la excreción.
Si los juicios propios de la razón te fallan y no sigues
esta regla, sería conveniente utilizar un jabón neutro para erradicar todas las
bacterias que pudieron haberse alojado en la cavidad vaginal.
Utiliza el baño
Es muy común que muchas mujeres inexpertas piensen que
orinar luego de tener relaciones sexuales puede servir de método
anticonceptivo. El conducto urinal y la cavidad vaginal de penetración son dos
partes completamente distintas y separadas. Sin embargo, Orinar puede ayudar en
gran parte a expulsar bacterias que permanecen en la uretra, que posteriormente
en el tiempo sin la debida limpieza causaran infecciones acompañadas de un mal
olor e intenso ardor.
Una ducha sin jabón
Luego de tener relaciones sexuales es natural querer tomar
un baño caliente o frió, dependiendo de los gustos personales de cada quien, de
esa forma podemos limpiar la piel, deshacernos del sudor y la sensación
pegajosa y comúnmente limpiar las partes privadas.
La cavidad vaginal es un órgano capaz de limpiarse a sí
mismo y en sentido estrictamente biológico, por lo que cuando llegue el momento
de asear las partes intimas se debe utilizar únicamente agua , el jabón no es
necesario pues la alcalinidad podría afectar el PH vaginal y traer irritación,
resequedad o infecciones, aseguran expertos de la salud.
Los fluidos vaginales, orina y semen después de tener
relaciones sexuales, no representan ningún riesgo para la salud de la mujer,
siempre y cuando esta se mantenga en buen estado de salud.
El sexo en días de paciencia
Existen fuertes y muy arraigados paradigmas en los que tanto
las mujeres como los hombres, creen que mantener relaciones sexuales antes y
durante el periodo menstrual de la mujer es nocivo para la salud además de
antihigiénico. La realidad y según estudios realizados por la Universidad de
Stanford, es totalmente normal disfrutar de las relaciones sexuales durante el
periodo de la mujer.
Las recomendaciones de higiene son exactamente las mismas.
Si ambos se mantienen sanos, nada malo pasará si tu pareja tiene contacto con
los fluidos propios de la menstruación.