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Acribillan minero dentro de un hato en El Retumbo

Dennys Gabriel Bello Manrique, de 25 años, fue asesinado por presuntos funcionarios del Ejército Bolivariano, en una residencia ubicada la localidad El Retumbo, esto de acuerdo con las declaraciones realizadas por sus parientes.

A las 12:00 de la medianoche de este miércoles, Bello se encontraba “bebiendo licor y comiendo cochino” en compañía de familiares y amigos.

Luego de varias horas, el compartir fue interrumpido por los ladridos de la perra que habitaba en la casa.

Alertados por la mascota, Bello y sus acompañantes se asomaron para saber qué sucedía.

Sigilosamente el grupo se desplazó por la parte trasera de la casa, pero Bello tomó la delantera y llegó hasta el frente; al ser precisado por los funcionarios recibió una ráfaga de disparos de un fusil.

Sus acompañantes solo alcanzaron a decirle que corriera, pero no le dio tiempo.

Aunque fueron múltiples las detonaciones, solo lo impactaron dos proyectiles: uno se alojó en su brazo izquierdo, mientras que el otro entró por su espalda y salió por el pecho.

Las balas no solo fueron para Bello, la perra que ladraba sin parar también fue tiroteada.

Batalló para sobrevivir

Familiares de Bello contaron que el joven se desplomó, pero “batalló en el suelo”.

“Duró como media hora quejándose, se revolcaba, pedía ayuda”.

Sostuvieron que había niños y adultos durmiendo en el interior de la vivienda cuando se desató la balacera.

“No me quedó más que gritar, agarré a los niños, los abracé y me tiré al piso”, afirmó una mujer vive en el lugar.

Después tomó a los niños y los trasladó a la casa de su mamá, ubicada a varios metros.

Bello tenía tres años viviendo en el sector Merecure, en Upata. Se desempeñaba como minero y retornó a El Retumbo para reencontrarse con sus familiares; tenía previsto volver este miércoles con su familia, ya que bautizaría a su hijo.

Testigos del hecho argumentaron que no tuvo problemas con nadie y menos con los residentes del sector.

Aseguraron desconocer las causas del deceso y refutaron que la intención era matar a todos los que se encontraban en el inmueble, por la manera en que se desarrollaron los hechos.

Corrieron para no ser vistos

Testigos comentaron que luego de disparar, los atacantes salieron corriendo.

Al llegar a la vía pública nuevamente detonaron las armas. En el área quedaron múltiples casquillos.

Parientes de Bello confrontaron a los supuestos oficiales y estos negaron su implicación en el ataque, alegando que no estaban en el lugar en ese momento.

“Aquí no hay Punto de Control, ellos no tienen que estar aquí, ellos son pagados por el dueño del hato para que les cuide su propiedad. Son exclusivos de él”, expresaron.

Otro de los presentes aseveró que el ataque fue “un encargo” del propietario del terreno.

Puntualizaron que escucharon cuando los implicados conversaban y relataban que “los envió” el dueño.

Manifestaron que la intención no era matar a Bello, sino a Yower Parra un trabajador del hato que fue despedido hace unos años y quien compartía con el grupo cuando irrumpió el grupo armado.

Acotaron que la relación entre Parra y su empleador “fue estrictamente laboral”.

Luego que dejó de prestarle servicios y se marchó “en buenos términos”, al dueño le robaron varios envases que contenían aceite de carro, delito por el que habría inculpado a Parra.

Esto hace pensar a los familiares de Bello que el propietario del fundo “hizo justicia mandando a matar a Parra, pero el error cobró una vida inocente”.

 

Rondaba el lugar

Testigos del hecho aseguraron que el dueño del hato iba a bordo de su vehículo marca Chery Orinoco, color rojo, a las 4:00 de la madrugada, “la intención era comprobar si su encargo estaba hecho

Con información de Primicia

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